Escoger el color de nuestra casa es una decisión que va más allá de las cuestiones puramente decorativas. No solo debe gustarnos y combinar con nuestro estilo, sino que ese color nos va transmitir sensaciones y nos ayudará a sentirnos a gusto.
Los colores:
Lo primero que hay que distinguir es que existen los colores fríos (azul, verde, turquesa...) y los colores cálidos (rojo, amarillo, naranja...) y se subdistinguen en cuatro paletas: cálidos oscuros, cálidos claros, fríos oscuros y fríos claros. Puedes usarlos en la misma gama o combinarlos para encontrar siempre la armonía.
La luz y el espacio
Además de tus gustos personales, hay otro factor que debes tener en cuenta a la hora de escoger el color de tu estancia es la luz y el efecto que ejerce sobre la pared. Los tonos claros reflejan la luz y los oscuros la absorben.
También debes valorar el espacio: los cálidos acercan la pared y son mas envolventes y los fríos la alejan, creando sensación de profundidad.
Colorea tu vida
A partir de estas premisas puedes escoger el color que mas creas conveniente para decorar tu casa, pero es muy importante que seas realista, y saber lo que conviene o no a tu habitación. Si es pequeña no puedes elegir un azul muy oscuro y si es muy irregular no puedes unificar todo con colores demasiado luminosos. Te damos algunos ejemplos de colores para que te ayuden a entender el concepto
Para el azul oscuro
El azul del fondo del mar es un color muy concentrado que acapara toda la atención, contundente y reflexivo. La primera condición para usar este color es que la habitación tiene que tener mucha luz. La segunda es que tienes que añadir toques de color que lo animen, en espacios amplios y diáfanos, el azul oscuro es un buen recurso para destacar una pared o bien un elemento arquitectónico.
Los muebles:
Por su intensidad es aconsejable compensar con muebles de madera natural, claros pero mates, o bien decapados en blanco o gris. Los complementos:
Si las tapicerías son blancas, usa cojines o alfombras con motivos en violeta, berenjena o fucsia, que darán más vida a la habitación. También le van los complementos en gris, plata o el mismo azul.
Si escoges el Fucsia
A medio camino entre el rojo y el rosa, el fucsia es un color encendido y vital. Aunque es poco usual en pintura, queda muy bien en salones muy amplios, luminosos y con mucha luz natural. También va muy bien en recibidores o cuartos juveniles y para animar pasillos. Sin embargo, por su fuerza, agradece los techos blancos para dar profundidad, así como una decoración poco recargada.
Los muebles:
Escoge una combinación de muebles ligeros, maderas de pino sin tratar, y superficies metálicas, muebles decapados en blanco o envejecidos, que aportarán calidez a la vez que rebajan intensidad. Usa complementos turquesas, plata, violeta o añil.
Apuesta por el gris pálido
El gris pálido resulta un color muy versátil y fácil de combinar. Es, por tanto, una opción ideal para unificar el color de toda la casa, con el que puedes introducir ligeras variaciones de intensidad en algunas habitaciones. No resultará monótono ya que es un color muy sensible a los cambios de luz, solar y artificial. Por esta razón, conviene hacer varias pruebas antes de decidir el tono definitivo.
Los muebles:
Al tratarse de un color muy sereno, el gris pálido es un marco perfecto para los muebles de estilo clásico, teñidos de blanco o decapados en azul o gris.
En cuanto a las maderas son mejores las claras, las oscuras son un poco difíciles de encajar. Con respecto a los complementos, usa un solo color, blanco, azul pastel, o un tono pálido.
fuente: Casinelli
No hay comentarios:
Publicar un comentario